También conocida como PoW, que es un acrónimo del inglés proof of work, es uno de los pilares más discutidos y criticados de Bitcoin, y que, en mi opinión, cambiará en el futuro por motivos puramente prácticos y —espero— ecológicos. Veamos qué es.

Que exista una red punto a punto entre dos usuarios significa que hay una red de nodos (ordenadores) intermedios que transmiten el mensaje. Es decir, para que mi mensaje llegue de A a B, tendrá que pasar por al menos un nodo de transmisión del mensaje, ya que no hay un cable que conecte mi ordenador directamente con el ordenador de B. Los ordenadores que componen la red P2P de Bitcoin que permiten la transmisión de mensajes (transacciones económicas) se llaman nodos. Dado que la idea es no depender de ninguna corporación externa, ¿cómo convencemos a alguien para que ponga sus ordenadores al servicio de esta red? A poco que lo pensemos, la respuesta es sencilla: pagándole. Pero ¿pagándole?, ¿con qué?, ¿quién? Recordad que estamos hablando de una red descentralizada, sin ningún tipo de cabeza ni jerarquía. Para responder al qué, debemos tener en cuenta que estamos hablando de una red que gestiona dinero (del valor que tiene ese dinero ya hablaremos más adelante), así que la respuesta a esa pregunta es fácil: se le paga con el mismo dinero que gestiona la red (ya veremos cómo se genera ese dinero). La respuesta al quién también es sencilla: el que hace la transferencia también paga una pequeña comisión al nodo que transmite el mensaje. Así que pintado de forma sencilla la figura sería algo así: